domingo, 30 de septiembre de 2012
Cuesta levantarse un domingo por la mañana antes que los rayos del sol. Y más si es para salir a correr. El truco para superar esta primera prueba es en no pensárselo. Oir el despertador, levantarse, vestirse y salir por la puerta. Una vez que empiezas a correr, que ves que tienes toda la ciudad para ti, que el frescor de la mañana abraza tu cuerpo ves que ha merecido la pena ese pequeño esfuerzo inicial.
Tenía ganas del entreno de hoy. Llevaba visualizándolo un par de días: hacer un 10K por el Paseo de Linarejos (¿qué mejor lugar?!) La longitud del Paseo es de apróximadamente 500 metros, desde el monumento de La Constitución (la fuente de la paloma) hasta la Glorieta de América (Andrés Segovia). Así que con 10 vueltas completaría los 10 km.
Poco antes de las 8:30 empezaba mi entrenamiento, con casi todo el Paseo para mi. Empecé quizá algo más fuerte de lo debido (el primer kilómetro lo hice en 4:15) y lo acusé un poco en los km 3 al 5. Durante estos primeros kilómetros me fui percatando de que el sentido Constitución-Glorieta de América es un falso llano, pica hacia arriba.
Los tiempos iban siendo buenos, teniendo en cuanta que en cada cambio de sentido perdía al menos 15 segundos. En la segunda parte del entreno me fui estabilizando e incluso fui mejorando en los dos últimos kilómetros. Al final un tiempo de 45:25, tiempo bastante aceptable para un entreno, en el que siempre falta ese punto de motivación y adrenalina que te da la competición.
